Entre lujo y tradición, el perfumista celebra su patrimonio para las fiestas de final de año. El frasco mítico del Eau de Cologne Impériale, creado por Pierre-François-Pascal Guerlain, inspira nuevamente a Guerlain. La abeja que selló con un aleteo el destino del perfumista en 1853 levanta el vuelo hacia las creaciones de la Casa para posarse delicadamente sobre sus estuches y el nuevo vaporizador para el bolso.

Pasado, presente y futuro se entremezclan. El tiempo no cuenta cuando se trata de hacer soñar y de crear refinamiento. Un toque de gracia aquí, una lluvia de oro tan fina como polen imperial allá… Como una abeja que liba de flor en flor, Guerlain ajusta cada detalle para ofrecer las creaciones de la Casa en sus más bellos atuendos. 

COFRE IMPERIAL
{mosimage}Para imaginar cada cofre, Guerlain reunió los prestigiosos símbolos que le han valido su renombre. Para los perfumes femeninos, Shalimar, Idylle, Insolence, L’Instant de Guerlain y Aqua Allegoria, se viste con el motivo que adorna la cima del frasco del Eau de Cologne Impériale. Acontinuación viene el hilo de seda que rodea el estuche, a semejanza del que las “damas de mesa”* colocan para sellar un frasco de Extracto.

Luego, el sello de la abeja, una marca que recuerda los antiguos sellos de los reyes o de los emperadores y la borla, que es también un guiño al saber hacer de la casa y que, como detalle chic y mágico, se despliega como una lluvia de oro desde la parte superior del cofre.

Frente al oro y a su toque de feminidad, la plata se hace mate para los perfumes masculinos, Vetiver, Habit Rouge, L’Instant de Guerlain pour Homme y Guerlain Homme y viste cada cofre con su motivo alveolado, antes de dejar que un lazo del color emblemático de cada línea, ciña la tapa. La abeja característica está igualmente presente, como un juego de espejos entre lo masculino y lo femenino.

* En la fábrica de perfumes de Orphin, las “damas de mesa” realizan los gestos singulares y ancestrales de la artesanía de lujo, como la técnica de sellado llamada baudruchage o el peinado de los hilos de seda. 

ABEJA NÓMADA
Y como Guerlain es también viajero, apasionado de la evasión en sus ratos de ocio, ha imaginado un vaporizador para el bolso, únicamente para los cofres de las creaciones femeninas. La abeja de Guerlain deja en ellos su huella, grabando finos alveolos en el anillo antes de posarse en lo alto del tapón de metal dorado brillante. Un objeto nómada de grueso vidrio y tacto suave, sobrio y lujoso a pedir de boca.

EL GIGANTE DE VIDRIO
El término escultor de frasco no es palabra vana para evocar el arte de Guerlain. ¿Será la elegancia de sus formas o sus dimensiones imponentes lo que les confiere el porte de una escultura-objeto que nos gusta exponer a la vista?

Para las fiestas, el perfumista edita en piezas limitadas los frascos gigantes de Mitsouko, Shalimar, L’Heure Bleue, Idylle y La Petite Robe Noire. Con una capacidad de un litro y medio (750 ml para Idylle) que invita a unos gestos generosos o simplemente a un delicioso capricho: perfumarse a manos llenas con las notas orientales y carnales de Shalimar, con la exquisitez afrutada y traviesa de La Petite Robe Noire o con los acordes acariciadores de Idylle.

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