En la colisión de sus dos mundos muy separados, algo mágico fue creado: el álbum epónimo de Cat’s Eyes es una romántica obra maestra pop que puede estar en la misma mesa junto a producciones de los 60 de personalidades de la talla de Phil Spector, Joe Meek o Shadow Morton, pero con una fiereza moderna y una premisa experimental que constantemente te deja preguntándote qué estás escuchando y cómo fue posible que algo así haya sido creado. Previo a su álbum debut, la banda lanzo un EP: BROKEN GLASS, disponible en 2 sencillos de 7 pulgadas y también como una descarga desde el 28 de febrero. Tanto el EP como CAT’S EYES, el álbum, fueron grabados en los estudios de RealWorld cerca de Bath, con el productor Steve Osborne. El arte de la banda fue sido diseñado y fotografiado por Chris Cunningham.

La primera presentación de Cat’s Eyes en vivo tuvo lugar en diciembre del año pasado en San Pedro en el Vaticano, en total secreto. Ahí, la banda toco una nueva versión de su canción “I Knew It Was Over” durante una misa a la que asistieron varios cardenales de alto rango. Pueden verse algunas imágenes de la presentación en el Vaticano en el sitio oficial de la banda (www.catseyesmusic.com), donde también se puede descargar de manera gratuita la canción “Not a Friend”.

¿Quiénes son?

La necesidad de maravillar con el sonido es algo que rara vez ocurre en el panorama actual del pop utilitario. En una época en la que una pieza de música se puede borrar con el clic de un ratón, hay pocos artistas vertiendo su corazón y alma en lo que Brian Wilson llamó “sinfonías adolescentes” – rebanadas de cielo auditivo de tres minutos de duración, amorosamente esculpidas y que se apoderan por igual de los oídos y las emociones de quien está escuchando.

En este mundo terrenal, Cat’s Eyes son realmente un regalo del cielo. El dúo está formado por Rachel Zeffira, famosa soprano de ópera y multi-instrumentista clásica originaria de Canadá y con sede en Londres, y Faris Badwan, el cantante de The Horrors. En la colisión de sus dos mundos muy separados algo mágico ha llegado a ser, algo que reúne a todo tipo de dualidades: pop/música clásica, tradicional/de vanguardia, acústico/electrónico, virtuoso/novato, hombre/mujer, feliz/triste y – ¿por qué no? – bien/mal, en un todo único y alucinante.Para Faris, Cat’s Eyes es algo completamente distinto del ruidoso torbellino que es The Horrors, algo que también representa un gran cambio para Rachel, después de mucho tiempo de dedicarse al trabajo agotador que representan los ensayos y las presentaciones de óperas y piezas clásicas en las más importantes salas de conciertos.

Ambos se conocieron en el 2009 a través de amigos mutuos, y este encuentro fue como una casa en llamas. “Le estaba comentando acerca de mi amor por los grupos de chicas de los 60”, recuerda Faris, “y como siempre había querido hacer, básicamente, una recreación de un grupo de chicas de ese estilo. Le hice un CD con mis canciones favoritas y luego me fui de gira. Cuando estábamos hablando de las cosas que Rachel había estado involucrada, no había pensado en cómo transformarlo para ella. Pero mientras estaba en Suecia, me envió un demo que había hecho, el cual terminó siendo ‘The Lull’. En su forma original, tenía un sentimiento muy al estilo de las Shangri Las”.

“Realmente me metí en el CD mezclado que hizo para mí”, añade Rachel, “y fue entonces cuando le envié la canción que hice sólo por diversión. Fue ahí cuando esto tomó una vida propia. Nos empezamos a enviar cosas y cada vez que Faris estaba de regreso después de su gira, escribíamos juntos alguna”.

Conforme siguieron escribiendo, pronto llegaron a una conclusión. De acuerdo con Faris “(las canciones) tenían que asumir una vida diferente y terminan sonando realmente únicas. No tiene sentido recrear algo que ha pasado. Estábamos interesados
??en explorar nuevos sonidos y técnicas de grabación, manteniendo el resultado dentro de los límites de las canciones accesibles”. Rachel añade: “Queríamos que los arreglos evolucionaran un poco, pero manteniendo las letras lo más simple posible.” 

Para Rachel, escribir canciones para Cat’s Eyes se convirtió en una obsesión. Después de estudiar música en Vancouver y Verona, se metió en la composición en Londres. Rachel domina una serie de instrumentos, incluyendo piano, violín, corno inglés, oboe y órgano de la catedral, así como una reconocida soprano, ganadora de múltiples premios.

“Para ‘For ‘Not A Friend’’”, recuerda Faris, “Rachel tuvo una idea mientras cruzaba la calle. Cantó la primera línea y el primer verso en su teléfono mientras estaba caminando, y en su grabación se puede escuchar los pájaros en el fondo, y luego el sonido de un coche que se desvía para evitar golpearla”.

Para Faris, Cat’s Eyes también ha sido una experiencia muy diferente a lo que est&aa

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