Miguel Hernández y Joan Manuel Serrat juntos de nuevo me llenan de emoción y a la vez conectan mi admiración hacia dos autores que respeto desde mi adolescencia. He de reconocer que tengo un trabajo del que me siento cada día más orgulloso porque no sólo se trata de ejecutar bien mi labor detrás de la cámara, sino que además implica conocer y consensuar tu punto de vista con el autor y artista con el que vas a realizar el videoclip y este es uno de los aspectos que más me gusta de mi oficio. En el caso de Serrat ha sido un auténtico lujo trabajar, no sólo con un músico de reconocido prestigio sino que además he conocido a una gran persona, que por supuesto tiene las ideas muy claras. 

Poner imágenes a un poema de Miguel Hernández es tarea difícil ya que la poesía comunica con su propio lenguaje,  por lo tanto debía centrarme más en el retorno del cantautor y dejar que él mismo con su música transmitiera a los espectadores (y admiradores)  los sentimientos que esconden las palabras de “Hijo de la Luz y de la Sombra”. La poesía va mas allá del texto, es por ello que dejamos en segundo plano imágenes que sugieren sensaciones que el propio poema inspira, fotografías y texturas concretas que proyectamos sobre las paredes del almacén del fotógrafo y también artista Leopoldo Pomés (hace su aparición en la mítica canción de Serrat “Conillet de Vellut”). 

El ambiente del almacén de Leopoldo está lleno de recuerdos y elementos que sirvieron en su momento para la ejecución de sus famosas fotografías: Una mecedora, un maniquí, un espejo, sillas, mesas, telas, un sinfín de elementos preparados y a punto para una perfecta escenografía con aire teatral. Sobre esta curiosa tramoya proyectamos nubes, fuego, nieve, agua, la luna, el sol, el cielo, las estrellas; texturas y elementos que la naturaleza nos ofrece. Estas imágenes en movimiento dan vida a elementos estáticos que en su momento alegraron la vida de quienes los utilizaron. En primer plano y cerca de la cámara, Joan Manuel Serrat interpretando esta emotiva canción para sí mismo, inmerso en sus pensamientos y dedicándosela a su autor.

En el aspecto técnico he de mencionar el lujo de haber sido pioneros en utilizar un nuevo modelo de cámara de cine digital diseñada por Sony, que revolucionará la manera de hacer películas en el futuro por su sensibilidad, resolución y su impecable calidad de imágenes con niveles muy bajos de luz. Poner al artista en un ambiente cálido, íntimo, relajado y agradable es muy importante a la hora de crear sentimientos, es por esa razón que la técnica y la maestría de Pol Turrens, el director de fotografía, y la sensibilidad de la nueva cámara han ayudado a crear esa atmósfera mágica y siempre tan buscada en la creación de la imagen cinematográfica y que en nuestro caso ha sido una ayuda y ha facilitado mucho las cosas.

Detrás de la cámara uno se sumerge en la factoría de los sentimientos, en el momento de la acción las sensaciones se ponen a flor de piel y es entonces cuando te das cuenta que tu óptica está captando algo importante que quedará en el recuerdo de quienes lo reciban.

El videoclip de Serrat es sencillo, honesto y directo al corazón.

Joan Riedweg

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