* Pospone la segunda fecha en la capital por cuestiones de salud

 

* Cancela en Monterrey, Toluca y Morelia

 

Actualización. El clamor cimbró al Domo de Cobre: “¡Enriiiii-que, Enriiiii-que, Enriiiii-que…!”. Las ovaciones y los brazos en alto -en su vaivén parsimonioso- volvieron a remecer al Palacio de los Deportes la noche del viernes. “Venimos desde muy lejos para pasarla bien”, dijo el cantante Enrique Bunbury después de haber lanzado cuatro temas con los que de inmediato sedujo a sus fans apenas pisó el escenario.

La multitud también parecía haber llegado hasta la Magdalena Mixhuca desde un punto lejano, pero en el tiempo: casi dos años sin conciertos en inmuebles cerrados (la última vez que se levantó el telón en este recinto fue el 28 de febrero de 2020, cuando Foreinger visitó la Ciudad de México), casi dos años sin coros a gritos, casi dos años sin entonar los cánticos dedicados a los ídolos, en este caso a “Enriiiiiii-que”, el otrora vocalista y líder de Héroes del Silencio.

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

Así, pese al llamado de usar el teléfono lo “estrictamente necesario” para no perder detalles del espectáculo, hubo quienes no perdieron nada del concierto con el que el de Zaragoza, España, celebra sus 35 años de trayectoria, pero a través de las pantallas de su celular; lo que no impidió que mostraran la ‘actitud correcta’ en una cita pospuesta también casi por dos años, pues Bunbury tenía planeada una gira para la primavera de 2020, la cual no se llevó a cabo debido a la pandemia por SARS-CoV-2.

La larga espera para el reencuentro fue compensada por el español con una voz potente y un espectáculo sobrio, en el que predominaron las luces rojas -como el traje en el que salió enfundado-, verdes y azules; mientras que el público correspondió con coros multitudinarios y ovaciones, lo que satisfizo a Bunbury, quien retribuyó con una sonrisa. “Un inmenso placer tocar para ustedes. Hoy nos han hecho muy felices”, declaró casi al final del concierto, en el que interpretó más de una veintena de piezas, con las que buscó resumir una carrera que inició en 1987 y que continúa vigente.

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

La sequía terminó con Cualquiera en su sano juicio (se habría vuelto loco por ti) y N.O.M. que abren sus discos Posible y Curso de Levitación Intensivo, ambos lanzados en 2020, seguidas de El Precio que hay que pagar y El Club de los Imposibles, tras las cuales el intérprete/bailarín ya se había echado a la bolsa a las 15 mil almas que acudieron a su llamado.

“¡Buenas noches cabrones!”, gritó para romper el hielo, si es que todavía había alguien que se resistiera a sus contoneos por el entarimado. “¡México, que maravilla volverles a ver las caras!, que maravilla volver al Palacio de los Deportes de la Ciudad de México”, expresó previo a arrodillarse frente a una audiencia que, enardecida, le respondió con gritos y aplausos. “Estamos de celebración, venimos a presentarles este show de 35 aniversario… de las primeras grabaciones. En 1987 grabábamos con Héroes del Silencio, queremos hacer un repaso por gran parte de nuestra discografía”, al señalar que habría canciones de “todas las épocas”, desde aquella banda que lo llevó a la fama, hasta las piezas grabadas al lado de los Santos Inocentes y el Huracán Ambulante. “Venimos desde muy lejos para pasarla bien. Espero que ustedes nos acompañen esta noche. Este es El momento de aprovechar el momento”, dijo a modo de introducción para ese tema, también de su material más reciente.

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

A partir de ahí, todo fue adrenalina pura, y como si de la cuesta de una montaña rusa se tratara, el entusiasmo aumentaba y el coro multitudinario (cualquier pretexto fue bueno para bajar el cubrebocas y no volverlo a acomodar en su lugar: las bebidas, la comida, el canto) subía decibeles con cada tema que resonaba en el Domo de Cobre: Cuna de Caín, Despierta –en la que lució el saxofón de Santi del Campo-, Más alto que nosotros solo el Cielo -y el éxtasis del público- y Hombre de Acción.

Y con una multitud vitoreando desde la plaza de armas de un lugar cualquiera llegó El Rescate, seguida de La Actitud Correcta, pero te falta ese no sé qué -cuyo intro, cotoneo y el atuendo hicieron volar la mente a aquella escena del Jocker, interpretado por Joaquín Phoenix, bailando mientras desciende por las escaleras del Bronx, en Nueva York-, seguida de una advertencia: “Te he dicho que no mires atrás, porque el cielo no es tuyo, y hay que empezar despacio, a Deshacer el mundo”, una pieza de la banda que hizo saltar a Bunbury a la fama a finales de la década de los 80; y buenos deseos: “Que tengas Suertecita“.

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

Ya muy cerca de llegar a la cima, una sentencia: “No conseguirán engañarnos a todos, aunque a veces Parecemos Tontos”; aparecieron Los Habitantes y en el clímax, una declaración puso a todos de pie y a marcar el ritmo con las palmas apenas se escucharon las primeras notas: Pero allá donde voy me llaman el extranjero donde quiera que estoy, El Extranjero me siento”. Empero, con los brazos arriba y gritos entusiastas, la multitud le dio la bienvenida. “¡Enriiiii-que, Enriiiii-que, Enriiiii-que…!”

A partir de ahí, el descenso inició a paso lento; primero Mar Adentro; con avance sosegado “soy vagabundo, siempre de paso, de aquí, de allá, De Todo el Mundo” -en la que se bajó del escenario para cantar muy cerca de sus fanáticos del lazo izquierdo-; para llegar al final “sin control, sin dirección, la luz se fue, ¿a dónde voy?, Lady, Lady blue”.

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

Tras un breve receso, el de Zaragoza cedió a los llamados de “¡Otra, otra, otra!” de sus fans y volvió para interpretar Antes de Desayunar, el Infinito e invocar al Maldito Duende -en la que por segunda ocasión descendió del entarimado, para ahora reunirse con sus seguidores del lado derecho- y culminar con una revelación: “Si algo no sale bien serás mi Constante, en medio de la cual presentó a su grupo Los Santos Inocentes. “¡Hasta siempre!”, exclamó antes de desaparecer en la oscuridad.

El sábado tenía prevista una segunda presentación en el Domo de Cobre, empero fue pospuesta, “debido a una laringitis aguda”, informó en un breve comunicado la empresa promotora. 

Enrique Bunbury

Foto cortesía Ocesa / Liliana Estrada

 

Horas más tarde, se confirmó la cancelación de sus presentaciones agendadas en Monterrey el 15 de febrero; Toluca el 17 de febrero y Morelia el 19 de febrero, pues “por prescripción médica Enrique Bunbury debe guardar reposo y recuperarse durante una semana”, detalló un breve mensaje difundido en las cuentas oficiales del artista en redes sociales, en el cual también se señala que para el reembolso de los boletos se deben consultar los procedimientos con los expendedores Ticketmaster y E-Ticket, según sea el caso.

Reiteró que la segunda fecha programada para la Ciudad de México se realizará la próxima semana, el 20 de febrero -aunque inicialmente se dijo que el día 21- y que todos los boletos ya expendidos “serán válidos”.

Asimismo, confirmó a sus fans de Guadalajara que festejará con ellos sus 35 años de carrera los día 23 y 24 de febrero en el Auditorio Telmex, así como a los de Querétaro el 26 de febrero en el Centro de Congresos.

 

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