Actualización. Para cerrar con broche de oro la serie de Arqueología Mexicana, llega el episodio Códices. Escribir pintando, que se transmitirá este domingo 29 de junio por TV UNAM, a las 17:00 horas.

Antes de la llegada de los españoles, en Mesoamérica distintas culturas escribieron y pintaron códices y lienzos, donde contaron la genealogía de sus gobernantes, las batallas que libraron contra guerreros de otros territorios, así como las epidemias que diezmaron a sus poblaciones.

Por ello, en este episodio los expertos Baltazar Brito y Margarita Cossich abordan el trabajo de los pintores y escribas de los códices: los tlacuilos, quienes, después de la conquista siguieron elaborándoles con las mismas técnicas prehispánicas, pero incorporando textos escritos en náhuatl, español e incluso latín. Además, hablarán de algunas de las características y conocimientos que existen en estas ventanas al pasado.

Por otro lado, si te has perdido los capítulos anteriores, te los compartimos aquí, a través del canal de Youtube de TV UNAMCabe recordar que esta serie, que es producida por la televisión universitaria, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la revista Arqueología Mexicana, bajo la conducción de la historiadora Valeria Figueroa, pretende comprender la historia mesoamericana a través de los últimos estudios y descubrimientos realizados alrededor de los vestigios de las grandes culturas de México.

El episodio inaugural lleva por título Cuando el sol fue comido: eclipses en Mesoamérica, sobre la visión de los eclipses desde la perspectiva de la Arqueoastronomía Mesoamericana.

Este material “realiza un recorrido por documentos pictográficos y otros elementos que intervienen en la cosmovisión de los pueblos originarios, los cuales tenían una sabiduría milenaria capaz de crear un sistema calendárico de increíble exactitud y erigir monumentales construcciones y trazas urbanas gracias a la observación sistemáticas de las estrellas y objetos del cielo.

 

El segundo capítulo es Aguada Fénix: entre dos mundos, el cual revela descubrimientos realizados por los investigadores de la Universidad de Arizona Takeshi Inomata y Daniela Triadan –en colaboración con un equipo internacional de arqueólogos- en Tabasco, cerca de la frontera con Guatemala en 2017.

“Aguada Fénix es un sitio asombroso, oculto hasta entonces bajo la selva. Una enorme plataforma de mil 400 metros de largo por 400 de ancho y de 10 a 15 metros de altura. Se considera la estructura más masiva y más antigua de la región maya. Parecer ser un sitio con influencia maya y olmeca. La civilización maya surgió en esta región, varios siglos después”.

 

La serie Arqueología Mexicana continúa con Tzompantli: semillas de vida, sobre el estudio de nuevos edificios del recinto sagrado de Tenochtitlán, uno de los hallazgos más impresionantes es el Huei Tzompantli, una estructura donde se colocaban los cráneos de individuos sacrificados, el cual ha arrojado luz sobre las prácticas rituales de los mexicas y su relación con la vida y la muerte.

 

El siguiente capítulo lleva por título ¿Quiénes somos los mexicanos?, el cual explica que los investigadores Claudia Valdiosera y Fede Navarrete revelan, desde la paleogenética y la historia, respectivamente, el proyector para estudiar la genética de las personas que habitaron la Nueva España.

“”En el pasado se definió a los mexicanos como un pueblo mestizo, pero los historiadores cuestionan este término, por los avances científicos en materia de secuenciación del genoma humano, el cual brinda nuevas herramientas para su estudio”.

 

El quinto episodio es sobre México antes de ser México, que trata sobre los hallazgos en las obras de construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, donde se encontraron osamentas de fauna pleistocénica, concretamente mamuts y mastodontes, que datan aproximadamente de 14 mil años. “Estos descubrimientos paleontológicos ayudan a comprender un poco más cómo era la vida en la cuenca de México antes de la llegada de las grandes civilizaciones”, explica TV UNAM en un comunicado de prensa.

 

Otro episodio es Balamkú, que revela los hallazgos que realizó el arqueólogo Guillermo de Anda en la cueva de Balamkú o “la cueva del Dios Jaguar”, en Chichén Itzá, donde se han registrado cientos de objetos arqueológicos utilizados hace más de mil años, los cuales se encuentran en un extraordinario estado de preservación gracias a que se tomó la decisión de cerrar la cueva. Este descubrimiento ayudará a entender mejor la historia y el legado de la cultura Maya.

 

El antepenúltimo capítulo se titula Coyoacán y la erupción del Xitle, un evento que cambió la geología y la dinámica de los pobladores del sur de la cuenca de México, ocurrida hace aproximadamente 2000 años, transformó radicalmente el paisaje del sur de la Cuenca de México.

“La erupción sepultó extensas áreas habitadas por comunidades agrícolas pertenecientes a la cultura cuicuilca, una de las más importantes de la época. Durante el capítulo los arqueólogos Felipe Ramírez, Efraín Flores, el cronista Jaime Abundis y el vulcanólogo Claus Siebe, recorren los actuales barrios de la delegación Coyoacán en la Ciudad de México, para rastrear su pasado y presente”.

 

El octavo episodio publicado es Cuauhtémoc, águila que desciende… para atacar, que trata sobre la vida de un personaje emblemático de la historia: Cuauhtémoc, el último huey tlatoani de la gran Tenochtitlán.

El arqueólogo y antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, fundador y director del Proyecto del Templo Mayor, la arqueóloga Patricia Ledesma, actual directora del Templo Mayor y la historiadora María Castañeda de la Paz, especialista en los códices históricos del centro de México, analizan la vida de Cuauhtémoc, gobernador durante la caída del Imperio Mexica ante los conquistadores españoles.

 

El noveno capítulo de Arqueología Mexicana, titulado Salvamento Arqueológico Tren Maya muestra como uno de los proyectos más ambiciosos de infraestructura en México, no sólo ayudó a conectar el sureste del país, sino que se convirtió en una ventana a nuevos descubrimientos arqueológicos en la zona por donde circula. Estamos hablando del Tren Maya, que durante su construcción develó vestigios sobre culturas milenarias.

En el avance de la cimentación de este medio de transporte se realizaron hallazgos arqueológicos que han enriquecido el conocimiento sobre la civilización maya, entre los que destacan “antiguas estructuras habitacionales, palacios, templos, objetos ceremoniales y restos humanos que revelan prácticas rituales”. Ofrecen una visión más profunda de la vida cotidiana, la arquitectura y las creencias de esta cultura, además de fortalecer la preservación del patrimonio y el interés por la historia de la región, de los cuales hablan los especialistas Manuel Eduardo Pérez y Félix Camacho.

 

El noveno capítulo, Colibríes, vuelos entre lo divino y lo humano, retrata la importancia de los colibríes, diminutas y coloridas aves, en las antiguas civilizaciones. Habitantes de “prácticamente todos los ecosistemas del continente americano”, fueron fuente de inspiración para las culturas mesoamericanas, que incorporaron sus características físicas y comportamientos únicos en sus cosmovisiones.

En este nuevo material la bióloga María del Coro Arizmendi, la restauradora María Olvido Moreno Guzmán y el doctor en letras Patrick Johannson explican el papel simbólico y espi ritual de estos ejemplares en las cosmovisiones mesoamericanas, pues diversas civilizaciones prehispánicas les atribuían significados que iban mucho más allá de su belleza y rapidez física.

El siguiente episodio está dedicado al corazón del Valle de México, donde una vez se extendía un vasto sistema de lagos y donde en la actualidad existe un testimonio vivo del ingenio humano y la armonía con la naturaleza: las chinampas.

En este audiovisual titulado Chinampas, cuando el humano le ganó terreno al agua, los arqueólogos Guillermo Acosta, Edgar Alarcón, Raúl Barrera, Javier López y la antropóloga Diana Martínez, analizan cómo las antiguas civilizaciones del Valle de México desarrollarlo ingeniosas técnicas agrícolas para transformar zonas lacustres en fértiles terrenos cultivables, mediante la construcción de estos islotes artificiales sostenidos por estacas de ahuejote y capas de tierra.

 

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