Concebido desde el primer ayuntamiento que fundaron los españoles en América y con el apoyo del gobierno del estado, Jarocho lleva en su nombre el orgullo de ser veracruzano.

Con las palmeras borrachas de sol a las que cantó Agustín Lara, pero también con su creciente modernidad como telón de fondo, Veracruz y su fusión de culturas inspiró este espectáculo que ha cautivado a las más diversas audiencias; desde los propios veracruzanos que reconocen su identidad en el escenario, hasta públicos en China o Austria, que se sorprenden y conmueven con la fuerza del baile, la música y el colorido único de Jarocho. 

Jarocho cuenta con la dirección de Richard O´Neal, quien fuera director de la compañía Riverdance y música original de Luis Leñero, nominado en la edición 2003 –año de creación del espectáculo– del New York Film Festival por la música de la película Sofía.

Fiel al mestizaje que refleja en el escenario, en la coreografía de Jarocho intervienen Ernesto Luna, tlacotalpeño de cepa, integrante del Ballet Folclórico de la Universidad Veracruzana, la bailarina canaria María Juncal, estudiosa del flamenco y directora internacional, Cecilia Lugo, fundadora de Contempodanza, la bailarina y profesora Susana Arenas, integrante de la compañía {mosimage}cubana Raíces Profundas y Eugenia Castellanos, catedrática de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana.

Mariestela Fernández es la encargada del diseño de vestuario, mientras la escenografía es de Jorge Ballina y la iluminación de Víctor Zapatero.

Al vuelo de faldas, el ritmo de la jarana, la caricia de un arpa, o con el palpitar del zapateado, Jarocho recrea en 15 cuadros las distintas manifestaciones artísticas resultado de la mezcla de las raíces europeas, africanas e indígenas, que le han dado al veracruzano un distintivo único de alegría y garbo.

El espectáculo parte del son, la música y la forma de bailarla, y a partir de un género tradicional, crea un concepto diferente de fusiones tanto musicales como rítmicas enmarcadas en piezas únicas y coloridas.

Jarocho abre con Ritmo, un número introductorio en el que la cadencia seduce al espectador y lo prepara para la Obertura, donde se manifiesta el ánimo del espectáculo que transgrede el tiempo y las distancias.

Sigue con Zapateado, un diálogo de cuerpo y madera en el que los pies no sólo marcan el ritmo, sino replican a la voz humana. El Colás, una tonada típica veracruzana y La Bruja, otro emblema musical de los jarochos, siguen en el montaje contagiando la alegría y sorprendiendo con la multiplicidad de pasos y palmadas.

Jarjazz es un número que incorpora a la tradición nuevas formas que evocan el fluír del Río Tlacotalpan, en tanto Raíces se alimenta de la memoria y La sirena, guiado por arpa y mujer, es un cuadro emotivo y sensual que da paso a Fandango, la celebración cumbre de la alegría jarocha que continúa con Guacamole.

En Salón Veracruz, se funden en la pista de baile el danzón y el flamenco con una galantería extraordinaria. El torito, recrea una multitud lista para festejar, al tiempo que da paso al legado africano en el número Noche cubana, que recuerda la unión entre Veracruz y La Habana.

{mosimage}En la misma línea del mestizaje, se muestra la feminidad de la española en Malagueña, previo al cuadro que da título al espectáculo. Jarocho, en el clímax de la función, muestra cómo se mezclan lo antiguo con lo nuevo, para encontrarse en las coordenadas de una festividad sin igual. El espectáculo cierra con La Bamba, celebración que despide un recorrido en el que se confirma que detrás de cada sonrisa, hay un espíritu jarocho.

Jarocho se presentará en las siguientes fechas:

–26 de febrero Complejo Cultural Universitario de Puebla. Localidades a la venta en superboletos
–11 de marzo Teatro Metropólitan Distrito Federal. Boletos en Ticketmaster.
–13 de marzo Auditorio Benito Juárez en el Puerto de Veracruz. Boletos en taquilla.

Más en www.jarocho.net

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