* Está en pantallas del país desde el 5 de noviembre

 

“Todo esto está mal”, reclamó la activista sueca Greta Thunberg a los líderes mundiales durante la inauguración de la Cumbre sobre la Acción Climática de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 23 de septiembre de 2019. “Yo no debería estar aquí arriba. Debería de estar de vuelta en la escuela, al otro lado del océano. Sin embargo, ustedes vienen a nosotros, los jóvenes, en busca de esperanza. ¿¡Cómo se atreven!?”, espetó.

Con un breve, pero duro discurso, la adolescente acusó a los representantes de decenas de países que acudieron a la convocatoria del secretario general del organismo por su inacción: “Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías. Y sin embargo, sé que soy de los afortunados…”; les recordó que “solo hablan de dinero y de cuentos de hadas de crecimiento económico… Nos están fallando, pero los jóvenes hemos empezado a entender su traición”.

Sin embargo, antes de llegar al podio del organismo, la joven realizó diversas acciones para llamar la atención sobre el calentamiento global y los efectos del cambio climático. La primera de ellas, protestar todos los días -desde el 20 de agosto al 9 de septiembre de 2018- con un letrero en el que se leía “Skolstrejk för Klimatet (huelga escolar por el clima)”, ante el Parlamento sueco -previo a las elecciones generales en dicho país- en demanda de que el gobierno redujera las emisiones de carbono tal y como lo marca el Acuerdo de París.

Es justo en ese momento en el que arranca el documental Yo Soy Greta Thunberg, del cineasta sueco Nathan Grossman, quien siguió a la joven activista medioambientalista en sus diligencias para hacerse escuchar en su demanda para atender el calentamiento global, desde sus reuniones con otros jóvenes que desembocan en la generación del movimiento global Fridays For Future, hasta sus encuentros con líderes del planeta.

El filme muestra a la adolescente en su intercambio de ideas afuera en el parlamento sobre los efectos del cambio climático, algo en lo que se involucró después de ver en la escuela una cinta sobre el tema, sus viajes recorriendo el continente europeo, hasta sus momentos en solitario, concentrada escribiendo sus discursos o escuchando lo que las personas en el poder comentan sobre ella. Y al lado de ella, su padre, el actor sueco Svante Thunberg, quien “la acompaña en cada momento y asegura que Greta sabe más sobre esta emergencia climática, a causa de su memoria fotográfica, que el ‘97% de los políticos’”.

Greta Thunberg. Foto cortesía de la distribuidora

 

Yo Soy Greta Thunberg es un retrato de la joven que no sólo muestra a la activista en acción, en eventos de alto nivel -como el de la ONU- y de amplia cobertura mediática, sino también a una chica dedicada a lo que le apasiona, que tiene confianza en lo que sabe y hace, y que, pese a la presión -porque a veces, expresa, no se siente escuchada-, sigue adelante.

Para quien conoce a Thunberg y su movimiento, habrá algunas secuencias que pueden ser redundantes y sin nada nuevo; empero muestran algunos momentos donde se ve a la adolescente comportándose como lo que es, una joven en crecimiento, junto a miembros de familia y al pendiente de sus perros, uno de ellos llamado Roxy.

Este documental, de producción sueca y estrenado en la más reciente edición del Festival Internacional de Morelia, se proyecta en las pantallas del país desde este 5 de noviembre.

 

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